domingo, 5 de enero de 2014

Berlin's New year's eve

Berlin era otro de mis destinos pendientes, siempre me habían hablado muy bien de la capital alemana, además tenía curiosidad por conocer los restos de la dictadura nazi.
Estubimos cuatro días, nos relajamos, pasamos mucho tiempo en el spa también, comimos como marranos.
Y vimos la ciudad.

Claudio me llevo a un hotel escepcional, el hotel Palace (trip advisor ;) ) 



La famosa galleta salada alemana, Brezel.

 Los precios de la comida eran como en España, no me lo podía creer, ver que las cosas no superaban nunca el 1,80€ me hacía saltar las lagrimas.
La comida era exquisita, aquí también comimos mucho en la calle, en puestecillos de navidad, y probamos los distintos tipos de wurstel alemanas, y super bien.
En el supermercado encontré argal, chorizos, patés, salsas, no me molestaría vivir en Berlín un tiempo...


Hicimos turismo solo un día, pero bien, desde tempranísimo, hasta tardísimo, nos cundió mucho, y nos encantó la ciudad. Que estaba llena de preparativos para despedir el año.


Entre los souvenir, encontrabas estas maravillosas mascaras de gas, creo que de muy mal gusto.



Adoré a este pobre hombre que trabaja en sí mismo, y casi me pega cuando le hice la foto, hehe (soy paparazzi)

Había mucha fruta con fondue de chocolate.

Podías declarar tu amor en un idioma que jamás entenderías.

Vendían garrapiñadas de todos los sabores, la de redbull me daba un poco asco.


No era una tienda, no, era un bar!! y la chimenea era proyectada en un ordenador!
No entramos, porque estabamos ocupados arrastrandonos hasta el hotel del cansancio.

Siempre hay tiempo para un tentempié
(Dios no hice más que comer)

Esta foto la he metido solo para enseñar a las personas que me ven pocas veces al año, que estoy envejeciendo, y que tengo mis primeras arrugas.


Nochevieja





En noche vieja fuimos a cenar con unos amigos, y al final, se nos pasaron las 12 y dimos la bienvenida al año con media hora de retraso, pero en buena compañía y con un buen plato de lentejas, como manda la tradición italiana.




Pasamos por Munich y Colón también, pero vimos todo de pasada, lo importante fue relajarnos, descansar y divertirnos, y a mí me encantó Berlin, por su ambiente moderno mezclado con lo viejo, con un poco de fresqueza juvenil londinense, que te dejaba el gusto de ciudad industrial pero con un toque de vanguardismo.


Un beso enorme a todos!

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